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Uno de los factores determinantes del deterioro cognitivo es el envejecimiento, pero también hay otros factores que influyen en la disminución de eficacia de nuestro cerebro. Mala alimentación, vida sedentaria, la rutina, algunos fármacos o el estrés son algunos de los factores que influirán negativamente sobre nuestras capacidades cognitivas. En esta ocasión nos centraremos en el estrés.

CONOCIENDO A TU ENEMIGO: EL ESTRÉS.

El estrés es una respuesta exagerada de nuestro organismo a una situación que percibimos como amenazante o de demanda incrementada. Y ahí está el secreto, que percibimos como. Al ser una interpretación subjetiva no a todos nos estresan las mismas cosas. Por desgracia vivimos en una sociedad en la que el nivel de exigencia y auto exigencia es muy elevado. Hemos de ser buenos padres, tener relaciones maravillosas, dar buena imagen, ser exitosos en nuestros proyectos, en resumen, triunfar en todas las facetas de nuestra vida y siento desengañarte, pero nadie es perfecto.

Cierta cantidad de estrés es necesaria. El estrés es una respuesta natural que nos ayuda a adaptarnos a los cambios y afrontar los retos de nuestra vida diaria. El problema viene cuando esa respuesta se prolonga en el tiempo. Estar todo el día tensionados tiene sus consecuencias tanto físicas como psicológicas.

Entre los síntomas físicos de estrés destacaremos la tensión muscular, palpitaciones, sudoración excesiva, fatiga, dolores de cabeza, malas digestiones, eccemas o picores, disfunción sexual, problemas cervicales, contracturas musculares…

Entre los psicológicos, depresión o ansiedad, cambios bruscos de humor, irritabilidad, nerviosismo, miedo a la hora de tomar decisiones, miedo al fracaso, dificultades de atención y concentración…

Estos son sólo algunos de los síntomas, pero creo que nos permiten hacernos una idea de cómo el estar estresados puede repercutir negativamente tanto en nuestro desempeño laboral como en nuestras relaciones sociales.

ARMAS CONTRA EL ESTRÉS.

Ahora que conocemos un poco mejor a nuestro enemigo, vamos a ver de qué armas disponemos para vencerlo.

  • Ejercicios de relajación. Existen técnicas y ejercicios de relajación que nos ayudan a diluir la tensión diaria. Son ejercicios sencillos que puede realizar cualquier persona a no ser que exista alguna contraindicación médica. En el gimnasio cerebral se dan distintas técnicas para poder aprender a relajarnos.
  • Ejercicio físico. El ejercicio físico también es un buen aliado para combatir el estrés. La práctica regular de ejercicio (un mínimo de media hora tres días por semana) nos ayudará a reducir el estrés. El ejercicio disminuye los niveles de adrenalina y cortisol, hormonas que liberamos al estar estresados, y aumenta el nivel de endorfinas que producen sensación de placer y bienestar.
  • Sé que es difícil, ya que normalmente vamos contrarreloj, pero pararse a reflexionar sobre lo que nos agobia, buscar alternativas, estudiar otros puntos de vista, plantearse objetivos razonables y disminuir el nivel de auto exigencia, nos ayudará a reducir el estrés.
  • La alimentación. Generalmente nuestros hábitos alimentarios sufren cambios en situaciones de estrés. Nuestro apetito puede aumentar debido a la ansiedad, haciendo que nuestra ingesta aumente desproporcionadamente, o puede disminuir como consecuencia de la sensación de tener el “estómago cerrado”. Una alimentación sana y variada, respetando los horarios de las comidas y reducir el consumo de alcohol y dulces, mejorará nuestro estado de salud en general y nos ayudará a disminuir el estrés. Hemos de alimentar correctamente el cerebro para mantenerlo sano y que nuestras capacidades cognitivas estén al máximo rendimiento.
  • Buscar distracciones y tener vida social. Has de encontrar un momento para hacer cosas que te gusten, leer, pintar, escuchar música, pasear… Actividades que te ayuden a desconectar y olvidarte un poco de las obligaciones. Relacionarnos con personas de nuestro entorno y disfrutar de conversaciones, realizar actividades conjuntas y fortalecer amistades, tiene un efecto terapéutico.

Por descontado, todos estos consejos son a nivel orientativo, si sientes que el estrés interfiere en tu vida diaria de manera que eres incapaz de llevar a cabo tus quehaceres o repercute seriamente en tu salud, deberás buscar ayuda profesional que te ayude a lidiar con él.

Y como siempre, si tienes cualquier duda o quieres más información, no dudes en contactar conmigo.

 

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