Un importante cambio, del que todavía no se ha dado cuenta casi nadie.

 Tengo una noticia que daros. Aunque a muchos no les va a gustar, pero esto es lo que hay.  Quien pretenda seguir teniendo un trabajo de 35 o 40 horas semanales, que cumpla sus expectativas de estabilidad  económica y profesional a largo plazo, lo tiene muy mal. No es que esta imagen idílica de entender nuestra relación laboral vaya a cambiar, es que ya ha cambiado pero por increíble que parezca no lo ve casi nadie.

 Cuando nos toca ser los protagonistas de un período de la historia es casi imposible percibir las profundas transformaciones que suceden a nuestro alrededor. A nuestro cerebro le resulta más cómodo aceptar las cosas de una forma estática e instalarse en la falsa creencia de que nada va a cambiar. Los cambios no le gustan suponen un consumo mayor de recursos. Como ya sabemos el cerebro de un hombre adulto de unos 80 kg de peso apenas llega a los 1,3 kg, pero consume el 20 % de toda la energía que requiere nuestro organismo. Mayor actividad conlleva mayor gasto, por lo que prefiere estancarse en los mismos escenarios y acomodarse en todo tipo de rutinas. Es bueno para reconocer parámetros pero algo perezoso al cambio.

 Los protagonistas de la historia no pueden transmitir una visión de los hechos estructurada y razonada, solo los hechos que sucedieron. Descritos, por supuesto, desde su punto de vista. Es la historiografía, usada como método científico la encargada de etiquetar y fechar los periodos históricos.

 La Alta Edad Media discurre entre el año 476 con la caída del Imperio Romano de Occidente y el año 1000, aproximadamente, con el resurgimiento del continente.  Por esa época nadie era consciente de que vivía en ella. Ni tan siquiera se puede hablar de Alta Edad Media para el resto de las áreas geográficas del planeta. Las características que determinan este período nada tienen que ver con las que se daban en el mismo tiempo en Japón o en India. Los coetáneos de dicha Alta Edad Media, ni tan siquiera la llamaban así.

 Los sindicatos y los partidos políticos siguen enzarzados en una batalla dialéctica que nada tiene que ver con las verdaderas necesidades de la sociedad. Siguen lanzando eslóganes obsoletos, a un modelo de sociedad que se reestructura por si misma, al margen de la ficción en la que viven estos. Siguen haciendo promesas, imposibles de cumplir, acerca de generar estabilidad y protección a unos ciudadanos adormecidos en la falsa seguridad de un modo de vida que ya no existe.

 Si esperaras que un político con tu voto o un sindicato arreglen nuestros problemas lo tienes muy mal. Somos nosotros los que debemos de resolverlos. No podemos seguir vendiendo horas de nuestro trabajo por dinero. Este modelo de sociedad productiva esta caduco. Hoy se valora el talento y la creatividad. La capacidad de resolver problemas.  Da lo mismo que seas médico o albañil. Si eres médico y trabajas 8 horas operando, y esperas que te paguen ocho horas de trabajo,  cada vez te van a dar menos por tu tiempo, ya que seguro alguien habrá que esté dispuesto a hacerlo por menos dinero.

 Ahora bien, si eres médico y además te sientes una autoridad en tu especialidad, seguramente podrás grabar unas operaciones y con este material generar un tutorial para médicos menos expertos que tú en la especialidad que dominas. Este material lo vamos a colgar en tu web y lo pondremos a disposición de médicos noveles. La visibilidad que te da internet permite llegar a todo el mundo y poder cobrar por estos cursos. En definitiva, el trabajo realizado en una sola operación cobrarlo varias veces. En la ecuación acabamos de introducir una nueva variable.

 Situación tradicional

SALARIO = HORAS X PRECIO DE LA HORA

Nueva situación

SALARIO = (HORAS X PRECIO DE LA HORA)+INGRESOS producidos por la visión de tus cursos.

 El talento hoy se paga, y muy bien. Detecta en lo que eres especialmente bueno. Dedica tu tiempo a lo que más te apasiona, en lo que eres un experto, en eso invierte tu esfuerzo.

 No nos vamos a detener en analizar este sencillo ejemplo sobre como rentabilizar el esfuerzo de un médico. Lo importante es que tengamos claro que tenemos que aportar valor a nuestro trabajo, y cobrar por ello.

 Ancestral es el conocimiento de que las instituciones de enseñanza, están en la edad de piedra en relación al mundo laboral y a la empresa. En España, y en el área hispanoparlante, el asunto es ya casi irresoluble. Pero nos encontramos con una nueva situación: la empresa está por detrás de la evolución de la sociedad. Esto es la primera vez que pasa. Y además cuanto más grande es la empresa, más le cuesta digerir los constantes cambios que se suceden. Cuando ya ha implantado una tecnología, otra nueva la está sustituyendo.

 No puedes elegir que tu empresa, o tú como profesional asalariado, tenga presencia en internet. En un mundo digital las cosas son 0 ó 1. Estas dentro o estas fuera. Si estas fuera, estas muerto. Y no me refiero a tener, simplemente, una página web llena de jerigonza corporativa. En próximas entregas te explicaré como puedes implantar tu trabajo en internet y constituirte en una autoridad en tu campo, en menos de 3 semanas.

 La pequeña empresa tiene la virtud de poder amoldarse a los cambios vertiginosos de la tecnología. Tiene una gran baza a su favor TU ESFUERZO CONSISTE EN OCUPARTE DE ESTAR SIEMPRE AL DÍA.

 Pertenece a este nuevo modelo de profesionales inquietos y con muchas ganas de trabajar en lo que les apasiona. Que no están dispuestos a instalarse en el sofá de su casa a ver crecer el césped, mientras un político les solventa la papeleta.

 

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